viernes, 1 de enero de 2010

cuento corto

Como un impulso loco nació Max, de una precipitación adolescente, de una relación que tampoco duro.
Creció bajo el pecho de su madre, pero aún adentro, iniciando toda una metamorfosis espectacular. (Podrán decir que la madurez es un gran cambio, dirán que la vejez es el punto culmine de la evolución, mas la manera en como paso Max de una cosa similar a un pez a un ser humano es más increíble y fabulosa).
Dentro de aquel líquido cuyo cobijo sólo es comparable con el amor de madre, desarrollo sus pequeñas manos y piernas, sólo eso, siquiera los sentidos iban a empezar a formarse. Sin embargo Max origino un corazón tan potente durante la estadía que sin oídos podía escuchar los llantos de su madre.
Escuchaba los retos, los problemas, escuchaba como la joven perdía la vida y como se abría pasos a un consultorio clandestino, si con suerte alcanza a llamarse así.
La vida de Max terminó de un tirón, como quien saca las raíces de un árbol, como quien acaba con un ser que deseo haber alcanzado a convertirse en persona.

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