miércoles, 16 de junio de 2010

Fabula 9

  De antemano les digo que lo siguiente no es un chiste ni una sátira, es 100% real y se los digo como testigo presencial (De otro modo tampoco lo hubiese creído).
  Ningún pasajero se podía quejar de que el micro iba rápido, ya que la mayoría lo estuvo esperando por una media hora.
  Sin embargo, no piensen que chocó ni que quedo en pana, porque es algo más estupido todavía.
  En su afán de almorzar pronto, el conductor se metía entre los autos, esquivándolos y pasando de primera a segunda fila y viceversa, repetidamente, mientras se acercaba al traspié.
  Una camioneta de cecinas circulaba tranquilamente (este ya había almorzado), cuando se le acercaba el micro por al lado.
  El conductor de la camioneta no alcanzo a reaccionar y tampoco el chofer del bus: Este golpeo el espejo retrovisor del primero, volteándolo y rompiéndolo.
  Un accidente, por andar apurado, pero accidente al fin y al cabo.
  Sin embargo el juego, juego  de animales y cabros chicos, empezó.
  La camioneta se le adelanta, impidiéndole al paso al bus. Todos se quejaban, todos opinan que era culpa del bus, pero en mi mundo el ojo por ojo no vale.
  Cuando la roja freno los autos, la camioneta retrocedía rompiéndole el espejo y la ventana al chofer de la micro en que iba yo aquel animal miércoles de la semana pasada.

  MORALEJA: ...mmm…no tiene moraleja, pero de todos modos es aplicable en el caso de una cuncuna y un caracol.

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