miércoles, 16 de junio de 2010

Fabula 7

  El chico no le temía a su jefe, pero sabía que si se lo encontraba, si se acordaba de su existencia, lo culparían del accidente de la cocina.
  Por ello trataba de pasar desapercibido aún que eso significase esconderse bajo el escritorio, detrás de las plantas o bajo su caparazón.
  Era introvertido por naturaleza y por ello no tenía el valor de decir que no fue.
  Lamentablemente pasado unos meses se enteró de que el jefe volvió a abrir la búsqueda de un culpable y el chico rogó que se lo trague la tierra.
  Como moscas pasaban zumbando los informantes, buscando cualquier error, sin embargo no eran mayor problema que abrirles una ventana para que salieran a buscar otra cosa.
  Mientras tanto cuando el chico veía pasar a su jefe se metía por entre los muebles hasta alcanzar la salida.
  El jefe tampoco era poco pilló, y aún que su esposa era la que cazaba y traía las cebras, era él quien con toda su experiencia se había ganado el mando de la manada.
  Y así reunió a todo su equipo de trabajo (en este estaba el chico) bajo un mismo techo, para hallar de una vez por todas al culpable.
  El pobre empleado llegó al salón castañeando los dientes y agitando las piernas del nerviosismo, sujetaba un lápiz y esté se le resbala, volando por sobre la larga mesa.
 De pronto se abren las puertas de par en par y entra el jefe con su reconocida melena, salta sobre la mesa buscando, oliendo a su próxima y nerviosa victima.
  El chico no lo soportó más y por debajo del mesón se paso tratando luego de salir por la puerta: pero está estaba cerrada con llave.
  El león comenzaba a darse cuenta de que alguien faltaba y el chico buscaba otro lugar para escapar, como por ejemplo una abertura, no tan chica ni tan grande, que separaba la 2 oficinas (ideas post-modernas de arquitectura).
  Pero al tratar de pasar no cupo, su caparazón era muy grande para el espacio y de ese modo se volvió una presa lenta y fácil de su jefe.
  Le preguntaron si tuvo algo que ver con el accidente, mas no pudo mentir. Por eso lo despidieron, invernando desde entonces en busca de un trabajo.

  MORALEJA: Cuando eliges debes tener prioridades. Una de ellas es pasar por un espacio abierto, preferentemente.

0 comentarios:

Publicar un comentario