viernes, 1 de enero de 2010

la bestia de al frente

La bestia vive hay, frente a la casa del hombre, desde siempre. Esperando, vigilando.

Y por más que se intente eliminar o exiliar lejos, siempre vuelve.

El hombre a intentado incluso cambiarse de casa, mas cada día en su existencia a tenido que soportar la mirada del animal que lo persigue, hasta el trabajo y devuelta. Toda la noche esperando, sólo esperando.

Tal vez lo más espantoso de la situación es que el hombre es el único que puede ver al monstruo, cualquier otro pasa junto a él, lamentándose y solo unos pocos llevándolo a otro lado. Pero vuelve.

La única solución al problema radicaba en la eliminación a la antigua. Y de la noche a la mañana un plato con comida apareció en el jardín. El hombre vigilaba desde la ventana y el animal no se acercaba al cebo. Así pasaron días y era increíble como lograba soportar el hambre, sin duda la práctica le ayudo.

Hasta un día en que el hombre por cosa de trabajo tuvo que salir y de la esquina volvió a aparecer el animal, esperando que el hombre saliera de la casa, y en un acto de confianza comienza a comer tímidamente del plato ignorando los pájaros muertos alrededor de él.

Ningún plan para matarlo había funcionado, ni el primero de dejarlo en la carretera, ni el penúltimo de dejarlo en otra ciudad. El can siempre volvía por su dueño.

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