miércoles, 16 de junio de 2010

Fabula 4

  Había una vez un bohemio del tipo que le teme al sol.
  Será que la cena de nosotros para él es el desayuno (y también al contrario en la cena de él), pero en sí su vida no es muy distinta. O sea, él ruge, muge, bala, garabatea igual que nosotros, tan sólo lo hace de noche.
  Tal vez era hombre lobo, sin embargo no viene al caso. El punto es que tenía un jefe, uno que empezaba a darse cuenta de que el bohemio ya no iba a trabajar (si es que alguna vez fue).
  Entonces el lunes a primera hora el jefe lo sorprendió en su casa, con la caña amplificando sus sentidos.
- HOLA- decía el jefe
- ay- chillaba el bohemio
- YA VEÓ PORQUE NO FUISTE A TRABAJAR HOY- continuaba gritando.
  Corriendo, el joven se fue a esconder a su cama. El jefe claro que considero esto en su castigo y como un toro siguió embistiendo con los gritos.
- QUIERO QUE SEPAS QUE YA NI TE DIGNES EN IR A TRABAJAR.
  Pero bohemio no contestaba, sólo permanecía oculto bajo las mantas. A lo más asomaba la nariz para ver si continuaba allí el olor del jefe.
  Extrañado y molesto por la ofensa del olor, el jefe empezó a cornear al indefenso joven que no pretendía salir.
  Fue una lucha épica para sacarlo de entre las mantas y luego de sus horas culmino con el joven destapado en el suelo.
  Pero aún más indignado se fue el jefe ya que incluso después de botarlo el bohemio seguía durmiendo.

MORALEJA: Hámster que se duerme, se lo lleva la corriente.

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